En medio de una pandemia como la actual no es admisible poner los intereses particulares por sobre la vida de millones
El sistema de patentes de invención, usado por la empresa farmacológica es uno de los mayores enemigos de la salud pública puesto que sus pautas no han sido establecidas en función del derecho a la salud de los pueblos sino siguiendo las reglas de juego del comercio global que responden al mercado y al beneficio financiero. De modo que las patentes no han cumplido con lo que se menciona que es su razón de ser: ni son un estímulo para la investigación ni mejoran la calidad de vida de la población, sino que benefician profusamente a los productores de medicamentos y a pequeños sectores con enorme poder adquisitivo. Han puesto intereses particulares por sobre la vida de millones.
El sistema de patentes actual fue reforzado de manera global a partir del Acuerdo sobre ADPIC, normativa fundacional de la Organización Mundial de Comercio (OMC) -institución ajena a la ONU- a través de la cual se impusieron las reglas de juego neoliberales para el comercio global y la consecuencia de esas reglas no no sólo perjudican el uso de medicamentos para la terapia, limitando el mismo a la disponibilidad financiera, sino a la investigación sobre vacunas o drogas curativas por la mal habida apropiación del conocimiento, el cual, como establece la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO, debería ser accesible y de libre circulación.
La Redbioética UNESCO considera que el derecho a la salud está por encima de cualquier interés comercial ya que la salud no es una mercancía que puede comprarse o venderse. Por esa razón adhiere a la denuncia y comparte el llamamiento de la Asociación Médicos sin Fronteras a que “no se patenten ni se reciban beneficios y ganancias comerciales de los medicamentos, los tests o las vacunas que se desarrollen para la pandemia de COVID-19, y que los gobiernos se preparen para suspender y anular patentes y tomar otras medidas, como el control de precios, para garantizar la disponibilidad, reducir el precio y salvar más vidas”.
Asimismo apoya el petitotio hecho a los gobiernos “a prepararse para suspender o anular las patentes de herramientas médicas para la COVID-19 mediante la emisión de licencias obligatorias. Eliminar las patentes y otras barreras es fundamental para ayudar a garantizar que haya suficientes proveedores que vendan las herramientas para el COVID-19 a precios que todos los estados puedan pagar … En los países donde las corporaciones farmacéuticas hacen cumplir las patentes, instamos a los gobiernos a poner en marcha los mecanismos para anular estos monopolios para que puedan garantizar el suministro de medicamentos asequibles y salvar más vidas, especialmente los elementos para pruebas infectológicas, factor imprescindible actualmente para detener la propagación de la epidemia…Las empresas farmacéuticas y de diagnóstico están eligiendo ser parte del problema en lugar de ser parte de la solución, lo que demuestra que incluso en esta crisis aguda de salud global, no harán lo correcto”
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