El dato corresponde al primer semestre de este año en la provincia de Córdoba
Sólo el 2,4% de los niños expuestos al diagnóstico tienen VIH.
La estrategia del Ministerio de Salud provincial es identificar a cada una de las gestantes para que accedan al tratamiento.
Con esto, también se busca que los bebés nazcan sin el virus.
En la casa de Belén Barrionuevo hay tres niños que juegan a los enfermeros. Controlan frascos, cuentan pastillas, dejan anotaciones con los horarios para visitar al médico o le acercan un vaso de agua a la mamá que está a punto de dormir. Son sus hijos de 13, 8 y 6 años. Cuando Belén decidió contarles que tiene VIH, el mayor se largó a llorar y el más chico no entendió demasiado. El del medio lo tomó bien: dijo que era una genia porque ella podía controlar el virus.
La maternidad deseada para las mujeres que conviven con el VIH es un camino seguro si el tratamiento se inicia temprano y se logra una buena adherencia. Así Belén logró que sus tres niños nacieran sin el virus. Cursaba el sexto mes de embarazo de su primer hijo cuando se enteró de que el análisis le había dado positivo. Muchas mujeres recién conocen su diagnóstico cuando son madres primerizas y se hacen el testeo como parte de los análisis de rutina.
Lis López Patane también cursaba el sexto mes de embarazo cuando se enteró de que tenía VIH. Fue cuando apareció el miedo a la muerte. “En aquel tiempo no había mucha probabilidad de vida. A pesar de que la ciencia en ese momento no nos daba garantías, como madre siempre tuve la certeza de que íbamos a vivir”, dice Lis. Esperaba mellizas, niñas que finalmente nacieron el 28 de septiembre del 2000. Una de ellas, que había nacido sin el virus, falleció a los dos meses. A Nuria, que ahora tiene 19 años, el diagnóstico le dio positivo.
El virus puede transmitirse de una madre a su hijo –lo que es conocido como transmisión vertical o perinatal– durante la gestación, el parto o la lactancia. Además, puede transmitirse por vía sexual y sanguínea. Si la mujer o persona con capacidad de gestar convive con el virus y planifica un embarazo, existen fármacos que son seguros y actúan rápido para lograr la caída de la carga viral sin afectar al embrión o al feto. Para lograr la indetectabilidad es fundamental empezar el tratamiento lo antes posible. Si es indetectable, es intransmisible.
Según el Ministerio de Salud provincial, en Cordoba hay 15.080 mujeres embarazadas que son estudiadas para saber si conviven con el virus. Solo 79 de ellas tuvieron diagnóstico positivo.
“Cómo nos vinculamos con las personas que llegan al consultorio también es importante para generar una buena adherencia. Estamos viendo nuevas maternidades, niñeces, infancias y adolescencias. Te puede consultar una pareja formada por una chica trans con un hombre trans, uno de ellos con VIH positivo, que llegan porque quieren ser madre y padre. Tienen que deshormonizarse para recuperar la fertilidad y así poder gestar. Lo veo yo como infectólogo porque uno de ellos tiene VIH; si no, van a un consultorio de obstetricia. Un objetivo que sería de máxima es que la pareja haga la consulta preconcepcional, que vos tengas los estudios antes, pero cuesta mucho. Quienes van a ese tipo de consultas, generalmente, son quienes no pueden concebir”, cuenta Bouchet.
Transmisión vertical
Analía Cudolá, a cargo de la Secretaría de Prevención y Promoción de la Salud, destaca que el principal desafío es sensibilizar a los equipos de salud. “Por un lado, una dice que la sociedad tiene que cambiar su paradigma, pero también los equipos de salud porque veo que hay diferentes concepciones y formas de tratar el tema en las distintas especialidades. De hecho, la salud pública es una construcción colectiva”, afirma.
El trabajo va en dos direcciones: primero, apunta al equipo de salud para que recuerden en cada consulta que se hagan el análisis y, ante un diagnóstico positivo, para que indiquen el tratamiento a seguir. Los testeos son voluntarios, confidenciales y gratuitos.
Una de las nuevas estrategias que desarrollan está enfocada en incluir en los estudios a las parejas sexuales de la persona embarazada. En ese sentido, también trabajan con un equipo interdisciplinario para dialogar sobre cómo se configuran los vínculos actualmente. Se trata de abrir el panorama y no encasillarse en los esquemas heteronormativos. Destacan que el objetivo es que la persona embarazada pueda tener una conversación franca con el equipo de salud, en la cual pueda contar si tiene una o varias parejas. Ocurre que las personas con quienes mantienen un vínculo pueden tener relaciones sexuales paralelas y, si fueron sin preservativo, hay posibilidad de transmisión.
Por eso, la segunda línea de trabajo está orientada a que las mujeres o personas gestantes hagan el testeo con sus parejas y a que siempre usen preservativo, también durante el embarazo y la lactancia. Un cambio de paradigma que la sociedad aún no asimila. “Cuando salimos a hacer análisis en la calle, las personas responden que solamente el 30 por ciento siempre utiliza preservativos para todas sus relaciones sexuales. Y cuando empezamos a indagar, notamos que se subestiman determinadas vías de transmisión, por ejemplo, el sexo oral. Te dicen que sí lo usan pero para el sexo vaginal o anal. Otros te dicen que no quieren hacer el testeo porque consideran que tienen una pareja estable y en realidad hablar de pareja estable ahora es ochentoso. ¿A qué llamamos estable? Lo estable para vos puede ser no estable para mí. Un contacto no protegido ya amerita que se haga el test”, afirma Gabriela Barbás, bioquímica especializada en virología, que trabajaba en el Laboratorio Central provincial.
Otra de las estrategias es la descentralización. En primer lugar, del médico, para que intervenga un equipo interdisciplinario. En segundo lugar, del Hospital Rawson, que fue el primero que abordó esta temática, para que todos los hospitales cuenten con un equipo multidisciplinario. Además, trabajan en conformar equipos en los hospitales de las cabeceras de los departamentos de la provincia. En tercer lugar, del Laboratorio Central, ya que los testeos y la medicación deben garantizarse en todo el territorio provincial.
Belén vive en Colonia Caroya y asegura que sólo puede atenderse en Jesús María pero no hay estricta confidencialidad. Por eso, viaja a Córdoba a atenderse en el Hospital Rawson. Muchas mujeres y personas con capacidad de gestar prefieren tratarse en la ciudad de Córdoba. Generalmente, eligen maternidades donde están todos los especialistas, como el Materno Neonatal, la Maternidad provincial o el hospital Misericordia. Allí tienen el control obstétrico, el infectólogo y el pediatra, que va a seguir al bebé.
Infancias con VIH
Desde la Sala de Situación, que depende del Ministerio de Salud provincial, llevan adelante el “Monitoreo subnacional de transmisión materno-infantil” (TMI) y hacen análisis causa raíz de cada uno de los casos donde hubo transmisión vertical. El último informe elaborado arroja que el 2,4 por ciento de los niños fueron diagnosticados con VIH positivo en 2018. Si el diagnóstico es positivo automáticamente se inicia el tratamiento. Si no, hasta los 18 meses continúa el testeo en niños, por eso la tasa aún no está cerrada. La meta que establece la Organización Mundial de la Salud es una tasa menor al 2 por ciento. Es decir que Córdoba está muy cerca de alcanzar el objetivo. Hasta el momento, en 2019 sólo dos niños tienen diagnóstico positivo sobre más de 80 niños expuestos al VIH.
“Los niños que conviven con el virus tienen, en general, el mismo nivel cognitivo y desarrollo que un niño sin VIH. Se logra con medicación adecuada, suministrada y tomada en tiempo y forma”, afirma Diosnel. Incluso, el desarrollo de la industria farmacéutica mejoró la adherencia de niños y niñas a partir de la elaboración de jarabes con gusto más agradable.
Según estudios del Servicio de Infectología del Hospital de Niños, después del diagnóstico en los adolescentes ocurre la depresión posimpacto. Por eso, organizan talleres para que puedan recibir la información adecuada y el acompañamiento necesario para sostener la adherencia al tratamiento. También es importante cumplir con el calendario de vacunación; complementar con actividad física, buena nutrición, e inserción escolar.
Después el adolescente decidirá si quiere contar que convive con el virus o no. No tiene la obligación, así lo establece la Ley Nacional de Sida Nº 23.798. En las escuelas son los docentes quienes abordan el tema en las aulas, no sólo VIH, sino otras enfermedades de transmisión sexual y formas de prevención, para que pueda convertirse en un espacio de contención para la adolescencia. Por eso, desde la Sala de Situación destacan que es fundamental la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral.
La adolescencia también es una etapa difícil para las mamás que conviven con el virus. “Nuestros hijos nos pasan factura, a veces, nos convertimos en sus enemigos”, dice Lis. Por eso, un año después del nacimiento de sus hijas formó Renacer con Vihda, un grupo de contención para mujeres que tienen VIH. Al principio eran cinco, dos ya fallecieron. Lis asegura que los avances de la ciencia en la medicación garantizan una mejor calidad de vida. Los cambios pendientes recaen en la sociedad, que aún estigmatiza. “Esta enfermedad no te discrimina. La sociedad discrimina”, dice Lis y asegura que necesitan informarse para derribar prejuicios.
Ella también forma parte desde el inicio del Programa Provincial de Lucha Contra el VIH. En ese marco, está previsto habilitar un consultorio que funcionará en el hospital Rawson para abordar específicamente la transmisión vertical. Será para madres y adolescentes con VIH.
“Es una etapa que a mí me llena de orgullo. Después de 20 años de lucha es una emoción poder ver que estos chicos no sólo se encuentran con vida, sino que apuntan a tener hermosos proyectos”, afirma Lis. En esa mirada también se reflejan los ojos de su hija, que hace poco fue mamá. La niña nació sin el virus.
Cerca del objetivo de reducción en transmisión
2% La meta que establece la Organización Mundial de la Salud para la transmisión vertical es una tasa menor al dos por ciento.
2,4% El último informe arroja que el 2,4 por ciento de los niños hijos de madres con VIH fueron diagnosticados como positivos en 2018.
En la edición impresa del domingo 29 de septiembre de 2019 se publicó que en Córdoba hay 15.080 embarazadas que conviven con el virus. El dato no es correcto. En la provincia 15.080 embarazadas fueron estudiadas en el primer semestre del año para determinar si conviven con el virus. Solo 79 de ellas tuvieron diagnóstico positivo.
Domingo 29 de septiembre de 2019 – 00:06 | Actualizado: 29/09/2019 – 13:33