Reunión de Septiembre del Seminario Taller en Bioética
Charla: Cuidados Paliativos. La importancia de cuidar hasta el final de la vida. Hospital Rawson
Seminario: El debate contemporáneo en torno a la eutanasia. Argumentos filosóficos e implicaciones prácticas
Docente: Dr. Marcos G. Breuer
12 y 13 de setiembre 2019. 14 a 20 Hs.
Secretaria de Graduados de Cs. de la Salud. Salón Azul
Capacitación en Servicio. Hospital Regional Iturraspe. San Francisco
Estimadas/os: desde el comité de bioética y el servicio de clínica médica de nuestro hospital organizamos estas jornadas destinadas al equipo de salud ,contaremos con la presencia de 3 destacadas/os profesionales de la ciudad de Córdoba.
La temática : cómo dar malas noticias con estrategias de abordaje , y autonomía del usuario y autonomía diferida . Queríamos compartir con Uds esta buena noticia.
IX Congreso Iberoamericano de Derecho Sanitario. Universidad Blas Pascal
Qué es y cómo funciona el Comité de Bioética del Nuevo Hospital. Noticia diario Puntal de Río IV
El órgano consultivo aborda problemas clínicos y sociales. Interviene cuando hay valores que entran en colisión y se genera una consulta. Tras lo cual, emite una recomendación fundamentada que tiene carácter no vinculante
El Comité de Bioética es una de las alternativas que el Estado provincial pone a disposición de los ciudadanos ante situaciones en las que entran en conflicto valores e intereses respecto a problemas sociales o clínicos. En Río Cuarto, el órgano consultivo está integrado por Jorge Berlaffa, Cecilia Taravella, Rita Gil y Rolando Guadagna.
En diálogo con Puntal, sus miembros explicaron los alcances y los tipos de temas que se analizan en el seno de la estructura que funciona en el edificio del Nuevo Hospital San Antonio de Padua.
-¿Qué es el Comité de Bioética?
Taravella: El Comité de Bioética es un órgano que sirve para asesorar a la población sobre temáticas concretas que hacen a problemas sociales y clínicos, en los que entran en juego distintos valores o derechos. Nuestro comité forma parte de la Red de Comités Hospitalarios de la Provincia de Córdoba y está integrado por personas de distintas disciplinas, tanto de la comunidad como del Hospital. Es decir, hay gente que es del área de salud y gente que no.
-¿Qué es la bioética?
Berlaffa: Es una herramienta de reflexión para la clínica y los problemas sociales. No es una ciencia. Es una mirada, una perspectiva desde la cual se analizan las prácticas. Es un conjunto de conocimientos que sirven para reflexionar sobre prácticas profesionales vinculadas con la vida y sobre temas sociales que interesan en general a la vida, tanto en sus aspectos naturales y ambientales como en los temas de interés social. Por ejemplo: la decisión a tomar con una persona que está en estado de vida vegetativa de manera prolongada como también los efectos sobre la salud en el uso de agrotóxicos u otros contaminantes ambientales. Con el primer ejemplo mostramos que la bioética tiene una aplicación o vertiente llamada clínica, porque su reflexión refiere a un aspecto de la salud y la vida de un individuo; en el segundo ejemplo mostramos como la bioética también puede expedirse en temas de interés social, vinculados a la calidad de una sociedad o grupo poblacional.
-¿Se emiten juicios de valor?
-Taravella: El Comité de Bioética no emite juicios respecto a lo bueno o lo malo en sí. Se hace referencia a situaciones concretas. En cada situación hay cosas que favorecen y cosas que perjudican. Por lo tanto, cada una de las opciones que hay para tomar va a implicar algún tipo de daño y algún tipo de beneficio. Ante esa situación, hay un método para debatir. Se elige un curso de acción en base a las distintas opciones y se dan los fundamentos sobre dicha elección. No hay verdad ni falsedad en las recomendaciones, es decir, hay distintas opciones frente a un mismo valor ético.
Gil: Cuando hay valores que entran en colisión, se eleva una consulta y el comité emite una recomendación. La misma tiene que tener una fundamentación lo más universal y válida posible, sin llegar a ser científica. Los miembros del comité podemos no estar de acuerdo entre nosotros. De todas formas, cada uno tiene que fundamentar por qué sugiere o recomienda determinado curso de acción.
-¿Dónde y cómo se aplica la bioética?
Berlaffa: Comienza aplicando principalmente en la investigación. Fue (y es) una herramienta muy útil para regular las investigaciones principalmente en seres humanos. También aplica, como decíamos, en las prácticas profesionales en salud; es necesario aclarar que la bioética no determina acciones profesionales ni juzga sobre criterios técnicos. Es decir, una recomendación bioética no les dice a los profesionales cómo tienen que hacer con un caso, sino que ayuda a pensar qué es lo mejor para el paciente dentro de las posibilidades que tiene la ciencia o que están disponibles para ese caso. La bioética tampoco hace juicios de valor y menos aún morales, y si bien tiene un aspecto normativo, no juzga la conducta de los profesionales de la salud, para eso están los colegios profesionales, que tienen una función deontológica y un poder de policía para aplicar sanciones. Y, por último, decíamos, también tiene injerencia en asuntos socioambientales, porque, como la palabra lo dice, la bioética es una ética para la vida, por ello también se expide en temas que son de interés social cuando esos temas comprometen o entran en conflicto intereses, valores, principios y derechos esenciales para la vida o que son relevantes en una sociedad, por ejemplo: la interrupción voluntaria del embarazo, la eutanasia, la subrogación de vientres, etcétera. En el primer caso, de bioética clínica, se hacen recomendaciones; para el segundo caso, informes. La bioética no emite opiniones porque no se trata de un parecer desde el sentido común, sino que está fundado en referencias teóricas y cada caso o situación se analiza en un marco metodológico preestablecido.
-¿Qué pasa cuando no hay acuerdo para dar una recomendación común?
Taravella: Se hace una recomendación y se explica. Todas las posturas son fundamentadas. El comité interviene cuando hay situaciones sobre las que es difícil tomar una decisión individualmente porque se puede afectar la vida o el futuro de una persona.
Berlaffa: El comité no se expide técnicamente. El comité emite recomendaciones, pero no hay juicio de valores.
-¿Los miembros del comité son siempre los mismos?
Taravella: Hay una reglamentación que marca cómo debe integrarse, cómo deben darse las reuniones, quiénes deben integrarlo, cómo se constituye la coordinación, etcétera. El comité está avalado por la dirección del Hospital.
Berlaffa: El Hospital tiene cuatro comités. Aunque no forman parte de la estructura orgánica del Hospital, son órganos adyacentes a la dirección. Tienen la función de informar, asesorar y ser un órgano consultivo de la dirección. Es decir, trabajan de manera articulada con la dirección.
Berlaffa: El Comité de Bioética es el único que admite y que requiere, sí o sí, miembros de la comunidad como integrantes, a diferencia de los otros comités.
-¿Cómo se recurre al comité?
Gil: No debe ser necesariamente gente internada; cualquier problema ético relacionado con la vida puede ser abordado por el Comité, que tras su análisis elevará una recomendación.
Berlaffa: Pueden consultar instituciones o personas particulares que consideren que en una situación se presentan dilemas éticos en relación con alguna práctica profesional o con alguna situación que comprometa o vulnere valores, principios, derechos e intereses esenciales de la vida.
-¿Qué tipo de situaciones se han analizado?
Taravella: Las cuestiones más frecuentes están dadas en relación al principio y al final de la vida, la adecuación de los esfuerzos terapéuticos. Cuando una persona está al final de la vida, por ejemplo, a veces hacer de más o hacer de menos deja un margen muy estrecho y no se sabe cuándo se está haciendo más daño que beneficio. También se han planteado cuestiones vinculadas a la asignación de recursos. Un ejemplo, que no es del Hospital de Río Cuarto, se dio en una comunidad muy aislada donde dos niños necesitaban al mismo tiempo la única incubadora que había en el lugar y hubo que decidir a cuál de los dos niños se la daban. Ese tipo de cosas son las que, a veces, pueden ser consultadas en el comité. Después, también se puede intervenir sobre distintas cuestiones sociales, como la toma de decisiones con respecto a menores.
Berlaffa: Mayormente, hemos tenido consultas procedentes de problemáticas que se dieron dentro del Hospital. Es decir, problemáticas que requieren la dilucidación de un problema ético. Hemos tenido una única consulta procedente de la comunidad. Las recomendaciones, que no son informes técnicos ni opiniones, son de carácter no vinculante. Una vez que la persona o la institución recibe nuestra recomendación, puede seguirla o no, de acuerdo a la voluntad de cada uno. Por supuesto que la recomendación tiene su peso porque está totalmente fundamentada. Por otro lado, el Comité de Bioética realiza informes ante situaciones o problemáticas sociales de trascendencia. Por ejemplo, el Comité se ha expedido respecto a la interrupción voluntaria del embarazo, la subrogación de vientres, la objeción de conciencia, y está trabajando sobre la ley de ablación y trasplantes de órganos (Ley Justina). O sobre temas ambientales, por citar otro ejemplo.
-¿Se hacen públicos los informes?
Berlaffa: Los informes suelen subirse a un blog de Bioética de la Provincia. Lo importante es que la gente sepa que existe un Comité de Bioética y que se puede acercar para realizar consultas.
-¿Cómo se hace para separarse de las creencias personales de cada uno al momento de fijar una sugerencia?
Guadagna: Lo que ayuda a resolver es la metodología de trabajo que permite la reflexión desde distintos puntos de vista. El intercambio de opiniones se da basado en principios éticos.
Gil: Para emitir una recomendación éticamente fundada debemos pasar nuestras propias creencias por el tamiz de una reflexión transdisciplinar.
Taravella: Por otro lado, el comité nunca va a recomendar algo que se contradiga con la legislación vigente.
-¿Han recibido consultas con respecto al aborto?
Taravella: Hemos tenido consultas de manera informal.
En debate: Feminismo y técnicas reproductivas. Noticia de La Voz del Interior
El libro En el vientre de otra, de la socióloga Laura Corradi, se suma a las discusiones desde la perspectiva de género sobre los avances en la medicina reproductiva.
Hace unos días, se conoció la noticia de que se está desarrollando en Córdoba una técnica para futuros trasplantes de útero. De tener éxito, sería una posibilidad para que mujeres que no pueden tener hijos (porque nacieron sin útero o tuvieron que quitárselo a causa de enfermedades o por complicaciones posparto) puedan gestar.
La técnica ya se ha realizado en otros lugares del mundo, la mayoría de las veces con úteros de donantes vivas y, en muy pocos casos, con órganos de donantes fallecidas.
Además, en 2020 se podría realizar en Rosario el primer trasplante de útero de Argentina. Si bien la Ley de Fertilización Asistida en Argentina no prohíbe el trasplante de útero, tampoco lo especifica. La aprobación dependerá, según precisó a los medios el médico que llevaría a cabo el transplante, el sueco Mats Brännström, del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai).
Las discusiones en torno a las técnicas reproductivas suelen ser temas de arduos debates no sólo desde el campo de la medicina, sino también desde la bioética.
¿Pero qué aportes y miradas pueden sumar los feminismos a estos temas, que involucran, entre otros, a la donación de espermatozoides y óvulos, el congelamiento de embriones o la subrogación de vientre?
Abrir la discusión
Sobre este tema discurre el libro En el vientre de otra (editorial Gorla), un ensayo de la investigadora y socióloga italiana Laura Corradi que problematiza la cuestión y sostiene que la discusión sobre la reproducción no debe ser monopolio de científicos y especialistas, sino que debe abrirse al campo de las ciencias sociales y la sociedad.
Corradi comienza repasando cómo en ciertos países de Europa se dieron las reflexiones primeras en torno a las tecnologías reproductivas. Y evoca que hubo una mayoría feminista que tuvo una posición favorable a ellas por tres cuestiones: para combatir la intromisión de la Iglesia Católica (que se oponía por cuestiones morales y religiosas), para sostener una interpretación de la idea de libertad entre mujeres occidentales (cuestionada por feministas de color que critican los privilegios de las mujeres blancas occidentales) y, sobre todo, menciona un último punto: el entusiasmo a veces acrítico que generan las noticias médicas.
Miradas diversas
La autora también repasa diferentes posturas dentro de corrientes feministas en torno a estos temas y aborda cuáles son los argumentos de un grupo que denomina “pro-tecnología”, y los del grupo que la rechaza, muchas veces alineado con un feminismo radical.
De un lado, las teóricas “pro-tecnología” sostienen que se podría así habilitar una sociedad más democrática e inclusiva porque las nuevas tecnologías reproductivas permiten, además de los concretos avances médicos, ampliar la idea de reproducción por fuera de la pareja heterosexual y del tradicional concepto de matrimonio.
Así, por ejemplo, la subrogación de vientre permitiría también pensar en otros modelos de familia, en otras prácticas de cuidado y de crianza. Sin embargo, varias de las teóricas de este grupo admiten que existe un problema de clase, dado el alto costo que suelen tener estas tecnologías.
De la vereda de enfrente estarían aquellas feministas radicales que se oponen a las tecnologías de reproducción o “ingeniería genética” porque la perciben como una demanda de fertilidad de mujeres con privilegios de clase, que muchas veces se logra a costa de ciertas formas de violencia perpetradas en otras mujeres.
También son críticas con las prácticas médicas que consideran “invasivas” para los cuerpos de las mujeres y, entre otras cosas, a lo que evalúan como la concepción mercantilista del cuerpo de la mujer. También señalan la manera en la que las empresas privadas que trabajan en estos temas “mercantilizan” las técnicas: congelamiento de óvulos, bancos de esperma, clínicas, abogados.
Por supuesto que no todas las técnicas se prestan a la misma vara de análisis, y cada país y región tienen sus propios momentos de discusión, sus propias leyes, y sus particulares tradiciones humanas y culturales.
Pero lo que plantea Corradi en su libro (que no se para en un lugar prohibicionista) es que la discusión en torno a la aplicación de estos métodos no puede limitarse a una discusión de ciencia y de salud, sino que debe involucrar a otros campos de las ciencias sociales y de la sociedad.
Y, también, a otros actores involucrados. En este tema, la autora señala, incluso, que gran parte de la discusión feminista se limita a las mujeres que recurren a estas técnicas y olvidan a largo plazo los efectos en niñas y niños, mujeres donantes y subrogantes.
Domingo 08 de septiembre de 2019 – 00:01 | Actualizado: 08/09/2019 – 00:18