Preso en su cuerpo, pide abrir el debate por la eutanasia.

Preso en su cuerpo, pide abrir el debate por la eutanasia Es cordobés, tiene 36 años y padece una enfermedad neurodegenerativa progresiva e incurable. 

Hace años que está totalmente paralizado y solo se asoma al mundo y se comunica a través de su computadora.

 Alfonso Oliva tiene 36 años, y en febrero hizo cuatro años desde que le diagnosticaron ELA, esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad neurodegenerativa progresiva por la que se van perdiendo las neuronas motoras y el cerebro pierde la capacidad de iniciar y controlar el movimiento de los músculos. En estos años Alfonso se fue quedando sin las capacidades físicas más básicas y elementales que tiene un ser humano. Su cuerpo está paralizado. Ya no puede mover las piernas, ni las manos, ni el tronco. Sólo conserva, además de una lucidez lacerante, movilidad en la cara: puede ver, pestañear, cerrar los ojos y sonreir. Hablar es otra de las capacidades que se llevó la enfermedad. Desde hace tres años, sólo puede comunicarse a través de una computadora, que mediante un dispositivo especial, al cerrar los ojos, le permite ir eligiendo, una por una, cada letra del alfabeto para formar las palabras y luego las frases que quiere decir, que son verbalizadas por la computadora con una voz similar a la de un GPS. El sistema es laborioso y lento, pero funciona.

 Hace casi un año perdió también la posibilidad de disfrutar de una de las pocas cosas que la ELA le dejaba: la comida. Por la debilidad que va ganando cada uno de sus músculos, ya no pudo seguir comiendo sin broncoaspirarse. Por eso, en octubre pasado aceptó una cirugía para poder ser alimentado por medio de un botón gástrico. No más dulce, ni salado, ni el gusto del café. Depende de los demás para todo. Cuando necesita algo, pide ayuda con los ojos y su notebook hace sonar una campanita. Y una casi imperceptible camarita en un rincón de su habitación, seguramente permite que la persona que lo atiende en forma permanente en su casa pueda monitorear que todo está en orden, sin invadir aún más su privacidad. Su contacto con el mundo depende de sus ojos. Sólo a través de ellos Alfonso puede salir del encierro al que lo condujo su enfermedad. Y tal como anticipa su mirada, profunda y serena, lo que tiene para decir es mucho. Lo que Alfonso quiere, es que se abra el debate por la eutanasia en la Argentina. Para las personas como él, que por una enfermedad sin retorno, no quieren seguir viviendo una vida que ya no consideran digna y no pueden suicidarse porque su cuerpo inmóvil se lo impide…  ( la noticia sigue)

Por Marcela Fernandez

Proponen una ley que busca “humanizar” las terapias intensivas en Córdoba. Noticias “La Nueva Mañana”


Proponen una ley que busca “humanizar” las terapias intensivas en Córdoba

El “proyecto Lina” es impulsado por la comunicadora Verónica Minardi y cuenta con el asesoramiento de Pecas Soriano. Busca mitigar el impacto de internación en las UTIs. Será presentado en la Legislatura provincial en los próximos días.

La comunicadora Verónica Minardi lleva 15 años haciendo su programa “Protagonistas” por Teleocho, donde reflejó distintas historias de vida, motivadoras y de superación personal que permitió inspirar a otros cordobeses.

En esos años, la conductora aprendió el más profundo significado de la palabra “resiliencia”, que en términos psicológicos se refiere a la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido o un accidente y transformarlas en alguna acción superadora.

Es justamente esa experiencia la que le tocó vivir a Verónica. El pasado 26 de julio falleció su madre, por una dolorosa enfermedad. Días previos tuvo que estar internada en terapia intensiva, donde se le despertaron ataques de pánico que hicieron mucho más difícil sobrellevar su padecimiento.

“Mi mamá estuvo todo el tiempo mirando una pared sin saber si era de día o de noche. Ni cuándo podrán venir su familia a verla unos minutos. Aferrándose a ella misma. Con la soledad y el frío de una cama ubicada al lado de personas con las máquinas conectadas a su corazón, dónde un ruido fulminante era testigo de otra muerte tan cerca que el miedo es inevitable”, escribió la periodista recientemente en su muro de Facebook.

En esa resiliencia que aprendió durante su programa, Verónica logró sobrellevar la dura pérdida de su madre con una idea de la cual nacerá “Proyecto Lina”, que lleva el segundo nombre de su madre y su seudónimo en muchas de sus obras literarias.

El mismo tiene por fin mitigar el impacto, poder ayudar en la recuperación de muchas personas o en caso de un desenlace fatal, acompañar al paciente a una muerte digna.

En diálogo con La Nueva Mañana, Minardi relató: “Mi mamá estuvo enferma en estado más grave aproximadamente tres meses, pero estuvo mucho tiempo deambulando de médico en médico hasta que le descubrieron un tumor en el riñón derecho casi al azar.

“Ella permaneció por primera vez internada en terapia intensiva aproximadamente cuatro días. Cuando pudo salir, se lamentó mucho de la experiencia. Allí donde sufrió dos ataques de pánico. Gracias a los médicos, pudo ser trasladada a una sala común por algunos días y luego la trajimos a casa para que pudiera recuperar peso y cobrara fuerzas para poderle extirparle el tumor que tenía encapsulado. Pero en nuestro hogar presentó algunas complicaciones con una trombosis y su cuadro se complicó a nivel renal”, precisó Verónica.

“Cuando estuvo en casa, me habló de la experiencia que había tenido en terapia intensiva y ella, como buena escritora, me decía que quería hacer un libro sobre eso porque veía que no había humanidad en ese lugar. Allí perdió noción de tiempo y espacio, y contaba lo terrible que era el ruido del aparato que alerta que un corazón dejó de latir, porque quien está en la cama de al lado siente que en cualquier momento le puede pasar a él. Ella salió de la terapia siendo otra. Creo que inclusive ese perder la noción del tiempo y espacio que se prolongó por varios días le dificultó su recuperación posterior. Lamentablemente la tuve que internar otra vez, y en una vez que regresó a terapia intensiva, permaneció tres días y falleció”, recordó con dolor la conductora.

Recordando lo que había charlado con su madre, la conductora de “Protagonistas” comenzó a darle forma al “Proyecto Lina”, tomando el nombre artístico de su madre, para una iniciativa cuyo objetivo es que se transforme en ley.

Para tal fin, cuenta con la colaboración de Pecas Soriano, quien fue jefe de día de guardia de terapia del Hospital de Urgencias de Córdoba, y experto en bioética. Pecas no sólo es coautor del libro “Muerte digna, una guía para la adecuación del esfuerzo terapéutico”, sino que varios años atrás había publicado un artículo denominado “Reflexiones sobre el paciente en UTI y el personal de salud”.

“La idea es presentar un proyecto que sea ley. Los puntos que estamos trabajando son que las personas internadas cuenten por ejemplo con un reloj en la pared, para que puedan estar ubicados en tiempo y espacio; acondicionar las salas con macetas con plantas y fuentes con agua; que se permita la visita más frecuente de familiares, o de voluntarios que por 10 minutos todos los días les lean a los pacientes textos o narraciones literarias que sean sanas, positivas e inspiradoras, entre otras cuestiones”, enumeró Verónica.

Además, explicó que el proyecto mencionará la necesidad de que, en sala intensiva, intermedia y en piso, esté expuesta la ley que establece que tanto los pacientes como sus familiares tienen pleno derecho de aceptar o rechazar el tratamiento de terapia intensiva, optar e irse a la casa en un caso terminal, para tener una muerte en el ámbito de su hogar.

“El proyecto ya está listo y la intención es que sea presentado en la Legislatura en los próximos 15 días. Trabajar en esta iniciativa me ayudó a ir recuperándome del dolor por la muerte de mi mamá. Como periodista transmito en mi programa historias de resilientes, de gente que sale adelante. Hoy puedo decir que en estos años me dejaron mucha enseñanza”, reflexionó Verónica.
La experiencia de Pecas SorianoPecas Soriano, experto en bioética y ex jefe de guardia de terapia del Hospital de Urgencias de Córdoba.

No es casual que Minardi haya buscado el apoyo de Pecas Soriano para la elaboración del proyecto y de los fundamentos del mismo, a fin de que sea elevado a la Legislatura provincial para que sea convertido en ley.

El médico, que fue jefe de día de guardia en UTI del Hospital Municipal de Urgencias, y que tiene vasta experiencia en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) viene trabajando en el tema de la humanización del trato al paciente y en el mencionado artículo llamado “Reflexiones sobre el paciente en UTI y el personal de salud”, ya enumeraba algunos de los puntos que incluirá el “Proyecto Lina”.

“Luego de 40 años de trabajar en las terapias intensivas, vi muchas cosas. Un día se me ocurrió sacarme el guardapolvo, los zapatos y desvestirme y ponerme en una cama libre, algo que no era frecuente en la UTI. Esos 15 minutos fueron terribles, porque, aunque sabía que no me iban a ´paletear´ (como suele llamarse el uso del desfibralizador), era la sensación de que te podías morir vos o el de al lado en cualquier momento”, contó Pecas a La Nueva Mañana.

“Es entonces que, cuando te ponés en el lugar del paciente, te das cuenta que perdés totalmente la autonomía, además del conocimiento porque ´desconocés´ qué es lo que te pasa; sentís mucho control externo, te manipulan o te dicen cosas ininteligibles y con lenguaje técnico. Allí, el paciente se encuentra doblemente vulnerado: por un lado, por la enfermedad, y por el otro, en forma muchas veces involuntaria, por el personal de salud”, reflexionó Soriano.

Viendo toda la inhumanidad que se producía en esa sala, es que decidió escribir un artículo, que incluye muchas de las sugerencias que formarán parte del “Proyecto Lina”. Entre ellas, se destacan:
Mitigar la despersonalización que sufre alguien internado. Allí sugiere que en cada cabecera de las camas se coloque en letras grandes el nombre del paciente, junto a una foto de él y su familia. “De esta manera, cuando el médico se acerca a la cama podrá ver una foto de cómo era el paciente antes de ser internado, además de conocer su nombre, y esto cambia la visión del trato, motiva a que el médico intente verlo más allá de cómo luce “intubado”, explicó Pecas.
Incrementar las visitas -que en nosocomios son una vez por día- de acuerdo a cada caso en particular. “Para esto, no vale la excusa de que el paciente se puede contaminar. Hay ciertas medidas de seguridad que deben ser cubiertas, pero hay una falacia. Los gérmenes más complicados no vienen de afuera, sino que están en la misma UTI y los pacientes se contaminan por las infecciones intrahospitalarias”, aseguró.
Una información adecuada es un pilar fundamental para cualquier persona. Para Pecas, es frecuente que la información sobre la salud de su familiar se la brinde el médico en un pasillo. Para revertir esta práctica, sugiere que el profesional que realice esa tarea, tenga conocimientos de bioética y realice un seguimiento horizontal de la evolución de cada paciente. Además, debe ser realizada en una sala con intimidad y la comodidad necesarias para atenuar los momentos difíciles que suceden al recibir noticias no agradables.
Devolver el estado de conciencia: el proyecto sugiere que el paciente que esté lúcido, pueda acceder a ver de TV o escuchar su música preferida. “Las UTIs tendrían que contar además con mayor luminosidad natural, ya que es habitual ver como los pacientes pierden la noción de día-noche, con la consecuente pérdida de noción témporo-espacial”, aseguró el médico.
En ese sentido recordó: “Mi residencia fue en Eldorado, Misiones, en un hospital de alta complejidad, que tenía un ventanal enorme con vidrio fijo que daba a la selva. No es lo mismo para un paciente tener la luz del día y observar árboles, que ver una pared y que te entre la luz por una rendija”, explicó.
Contacto Humano: por último, señaló que es muy importante “un permanente contacto humano, en especial de piel”. También en esto señaló lo relevante que es que al paciente se le hable al oído, se le de ánimo, e ir “un poco más allá de la relación médico-paciente”.
“El proyecto ya está listo, y estoy asesorando a Verónica en base a mi experiencia de 40 años en trabajo de terapia y mi conocimiento como bioeticista. Creo que en esto la bioética es clave”, reflexionó Pecas Soriano.
“En la actualidad, es una materia al final de la carrera, pero es necesario que en las universidades la educación en bioética sea dictada de manera transversal. El médico va a tratar con seres humanos, que tienen valores, y como profesional tiene la obligación moral de no sólo tener un estudio clínico sino además tener un oído ético”, concluyó.


El año en que se habló de salud pública

Científicos, médicos, funcionarios y miembros del equipo de salud se hicieron conocidos por primera vez para una buena parte de la sociedad.

Fueron muchos los temas que cobraron protagonismo gracias al debate sobre la legalización del aborto en la Argentina. Se habló como nunca de la importancia de la prevención del embarazo no deseado, y de las posibles estrategias para evitarlo. Se habló –a veces en forma confusa o errónea, pero se habló– de planificación familiar. Se habló de la gestación y sus implicancias en la infancia y en la adolescencia.

Hay temas de los que no se habló, pero que vale la pena seguir insistiendo para que no se pierdan para siempre de la agenda pública de temas expectables. Por ejemplo, de la importancia de que el embarazo sea planeado, porque es la mejor forma de que la persona gestante –y, en caso de tenerla, también su pareja– esté preparada para la concepción, desde lo físico y emocional.

Quienes dijeron que este proyecto vino a introducir una grieta más en la sociedad sólo vieron la parte vacía de un vaso que está casi lleno. Lleno de aprendizajes y de nuevos términos que llegaron a nuestro vocabulario para quedarse. Lleno, también, de prácticas del siempre intenso entrenamiento en la convivencia de ideas diferentes. Y lleno de experiencias positivas asociadas al ejercicio de la democracia y la libertad de expresión.

Científicos, médicos, funcionarios y miembros del equipo de salud se hicieron conocidos por primera vez para una buena parte de la sociedad. Muchos supieron, por ejemplo, que el Gobierno nacional tiene un ministro de Salud que se llama Adolfo Rubinstein, y que los del Gobierno de la provincia y la ciudad de Córdoba se llaman Francisco Fortuna y Gabriel Acevedo, respectivamente.

Hablamos de transmisión de VIH y del uso del preservativo gracias a un episodio que volvió a instalar el tema –sobre el que reinaba cierto relajamiento en algunos sectores– en los medios masivos en horarios pico y en las redes sociales. Discutimos, también, sobre el uso de métodos anticonceptivos adecuados para cada situación y etapa de la vida.

Hablamos de muertes maternas evitables. Hablamos de la situación sanitaria en otros países y de metas y consensos establecidos por organismos internacionales conformados por expertos de todo el mundo.

Hablamos de disciplinas poco populares en algunos segmentos sociales, como la bioética. Todo, en cinco meses.

No abundan las oportunidades para introducir estos temas en escenarios populares.al

La salud no se reduce a la diferencia con la enfermedad. Se vincula más, en cambio, con la idea de un bienestar integral en el que la espiritualidad y todo aquello que fortalece la faceta emocional de la vida tienen gran importancia.

Es por ello que quienes cultivan ese campo tuvieron un espacio protagónico, pero con el límite obligado que implica respetar las diferentes formas de entender la espiritualidad.

Nunca, como este año, la salud compitió con la economía en nuestros intercambios más o menos apasionados. No es poco.

Alejandra Beresovsky



Dr. Gabriel Acevedo: “los medicos deben dar informacion clara sin juicios de valor.

El proyecto de ley sobre interrupción voluntaria del embarazo que se aprobó en Diputados el 14 de junio contempla la incorporación de las llamadas consejerías: espacios dentro de los centros de salud en los que los profesionales garanticen a las mujeres y personas gestantes información, atención pre y posaborto, escucha, acompañamiento, contención integral y provisión de anticonceptivos, entre otros. Estas consejerías funcionan ya en más de 40 centros de salud, según indicaron profesionales de la Red por el Derecho a Decidir, quienes valoraron que desde la Municipalidad no se obstaculice de ninguna forma su funcionamiento.

Gabriel Acevedo, secretario de Salud municipal, consideró que los médicos y otros profesionales de la salud deben brindar información “clara, completa y sin juicios de valor” a quien plantea su intención de interrumpir la gestación.

–¿Cómo funcionan las consejerías en el ámbito municipal?

–Ante la consulta de una mujer cuyo problema de salud es un embarazo no buscado y que plantea la intención de interrumpirlo, la información brindada por el profesional debe ser clara, completa y sin juicios de valor, para que la decisión final –sea cual fuere, es decir continuar o interrumpir el embarazo– sea tomada por la mujer con los mayores elementos de juicio posible.

Luego, cuando la consulta al profesional es posaborto, las acciones deben orientarse a tratar y prevenir posibles complicaciones, y muy especialmente brindar la información para que se incorpore al Programa de Salud Sexual y Reproductiva, y adopte algún método anticonceptivo efectivo, a fin de evitar futuros embarazos no intencionales.

–Si se piensa en el derecho de los pacientes a recibir información, ¿podrían las consejerías ser una política que alcance a todos los centros de salud?

–El Programa de Salud Sexual y Reproductiva se desarrolla en los 97 centros de salud que dependen del municipio, como un componente central de la política de salud municipal. Este programa contempla principalmente la provisión gratuita de diversos métodos anticonceptivos y espacios de consejería para garantizar el acceso a la información sobre la salud sexual integral desde una perspectiva de derecho.

–¿Han recibido quejas, reclamos o presiones para impedir su funcionamiento?

–Yo no he recibido presiones para impedir el funcionamiento del Programa de Salud Sexual y Reproductiva, informales ni formales.

Revista Centroamericana de Ética


Primer número de la Revista Centroamericana de Ética, un instrumento de apoyo a la enseñanza de la ética.

En ISSUU la revista se puede leer de manera unificada y en el Repositorio de la UCA se pueden ver y descargar las diversas secciones. Acá están los enlaces:

https://issuu.com/revistacadeetica/docs/rce_enero_junio_2018

http://repositorio.uca.edu.sv/jspui/handle/11674/1062

Desde el Área de Bioética, Felicitamos a los colegas de Centroamericanos, por tan meritorio logro.

Un universo paralelo de ensayos clínicos

En el trabajo que reproducimos aparecido en The New England Journal of Medecine, se muestra cómo un ensayo clínico reciente, de una vacuna contra el virus del herpes simple, violó salvaguardas científicas, reglamentarias y éticas fundamentales en los EEUU. Este caso abre una ventana hacia un universo paralelo que rechaza el sistema actual de supervisión de ensayos clínicos en los Estados Unidos y apoya leyes de derecho a prueba, de gran amplitud, que permiten a los pacientes acceder a terapias experimentales. Es importante tomar en cuenta que estas prácticas vienen alcanzando niveles de aceptación peligrosos. Esa aceptación que incluso pretende convertirse en legislación toma los argumentos libertarios y de libre mercado que aprovechan de manera efectiva la exigencia que hacen los enfermos de nuevas terapias para situaciones cada vez más específicas que generan muchas frustraciones ya que hay una medicina que sigue prometiendo poder curarlo todo. Los pacientes sienten muchas veces que se marginan sus necesidades así como que se los usa en muchas experiencias fútiles. La aprobación de las leyes de “derecho a intentar” para pacientes terminales es resultado de esas frustraciones, y lo que se pretende es ir más allá en el alcance de estas leyes para todo tipo de paciente.

“Un miembro de la facultad de la Universidad de Southern Illinois, William Halford, que tenía un Ph.D. en inmunología y microbiología, inyectó voluntarios con una vacuna viva atenuada contra el virus del herpes que había desarrollado, sin la aprobación de una junta de revisión institucional (IRB) [1] ni la presentación de una nueva solicitud de fármaco en investigación a la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA), o consentimiento de los participantes, de acuerdo con los periodistas de investigación. Halford se administró la vacuna primero a él mismo y luego supuestamente a los participantes en un hotel fuera del campus. En 2016, los 17 participantes fueron trasladados a San Cristóbal y Nieves para recibir inyecciones de vacunas. Los resultados del ensayo no se han publicado en una revista revisada por pares, es decir indexada o con referato científico.Halford murió de cáncer en 2017.

El patrocinador del ensayo, una compañía llamada Rational Vaccines, fue cofundada por Halford y el productor ganador del Oscar: Agustín Fernández III. Según Fernández, trabajar en la industria cinematográfica es una buena capacitación para dirigir una empresa farmacéutica no tradicional porque requiere pensar de manera innovadora. Peter Thiel, el emprendedor de tecnología e inversor y crítico abierto de la FDA, invirtió en la compañía; él estipuló, sin embargo, que los estudios futuros se ajusten a los requisitos de la FDA.

Después de que Kaiser Health News destapó la historia del ensayo de la vacuna y el senador Chuck Grassley (R-IA) presionó a la Oficina Federal de Protección de la Investigación Humana,[2] la universidad lanzó una investigación. Hasta la fecha, Southern Illinois University, que posee la patente de la vacuna, admitió el grave incumplimiento de las políticas universitarias y las regulaciones federales, pero dice que el investigador ocultó sus acciones a la escuela. Esa investigación continú en la Universidad y, a raíz de estos informes, la FDA por su parte, ha abierto una pesquisa criminal sobre la investigación de Halford. El gobierno de Saint Kitts y Nevis dijo que no se habían obtenido las autorizaciones necesarias y que está llevando a cabo su propia investigación. Aunque no se informaron muertes u hospitalizaciones entre los participantes en el ensayo, tres participantes demandaron al patrocinador del estudio. Otro participante dijo que después de recibir la serie de vacunas, sus brotes de herpes disminuyeron en frecuencia e intensidad y finalmente se detuvieron. Rational Vaccines, cuyo sitio web actualmente no tiene contenido, dijo a un periodista que continuará desarrollando la vacuna y buscará la aprobación en otros países en todo el mundo, mientras se siguen “estándares internacionales de buena práctica clínica”.

Se alega que este ensayo clínico violó dos estándares fundamentales para proteger a los participantes de la investigación: la aprobación del IRB del protocolo de prueba y el consentimiento informado de los participantes. Antes de que un ensayo pueda continuar, un IRB debe determinar que los riesgos para los participantes son razonables y serán minimizados mediante el uso de un diseño de investigación sólido. También debe aprobar un formulario de consentimiento que cubra los temas especificados en las reglamentaciones de la FDA. Estos estándares son requeridos por la FDA para los protocolos de ensayos clínicos presentados para respaldar el mercadeo de nuevos productos y por las pautas de Buenas Prácticas Clínicas, que armonizan las regulaciones en los Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Como la mayoría de las instituciones, Southern Illinois University requiere que todas las investigaciones que involucren participantes humanos llevadas a cabo por sus profesores y personal cumplan con las regulaciones federales sobre protección de sujetos humanos, incluidas las investigaciones que no reciben fondos federales o se realizan fuera del campus.

Aunque muchas personas en el campo biomédico apoyan la reducción de las cargas regulatorias para las nuevas terapias, el caso de Halford ha provocado reclamos con el fin de abolir la revisión de IRB y redefinir radicalmente el consentimiento para los ensayos clínicos. Un universo libertario y de libre mercado paralelo, defiende con firmeza el ensayo de la vacuna contra el herpes, su investigador principal y su fundamento. Los partidarios de este movimiento dan varios argumentos: en primer lugar, afirman que los pacientes deben tener la libertad de tomar sus propias decisiones sobre la participación en la investigación, sin expertos o funcionarios del gobierno tratando de “protegerlos”. Un artículo en el sitio web del grupo de libre mercado Foundation for Economic Education declara que el sistema actual de aprobación de medicamentos “asume que usted y su médico no son lo suficientemente inteligentes como para acceder a datos relevantes y tomar decisiones informadas sobre el uso de medicamentos aún no aprobados, decisiones adaptadas a sus condiciones de salud y preferencias únicas”.

En segundo lugar, argumentan que las reglamentaciones actuales de la FDA y el IRB perjudican a los pacientes al sofocar y retrasar nuevos tratamientos innovadores con el fin de proteger los intereses creados, incluidos los de científicos e instituciones de investigación establecidos. Bajo la administración actual, estas ideas libertarias están impulsando la política. Las leyes de “derecho a intentar” respaldadas por el Goldwater Institute se han promulgado a nivel nacional y en la mayoría de los estados. El Heartland Institute of Financial Education, partidario del mercado libre, que apoya el ensayo de la vacuna contra el herpes y su investigador, insta a la desregulación radical de nuevas terapias. Antes de la aprobación de la ley federal del derecho a prueba, los líderes del instituto escribieron: “Muchos de los que aplaudieron esta legislación pendiente han estado trabajando para reestructurar el monopolio de la FDA sobre el acceso a nuevos medicamentos, mucho más allá de los pacientes terminales cubiertos por el derecho a probar”.

En tercer lugar, los partidarios de Halford creen que los científicos cuyo trabajo ha sido rechazado por los revisores o que violan los requisitos reglamentarios son héroes valientes. El presidente de la Fundación para la Educación Económica elogió a Halford como “un genio que desafió la sabiduría convencional, abrió nuevos caminos en la investigación científica, dedicó su vida a ayudar a otros, desarrolló nuevas herramientas prometedoras contra una terrible aflicción e iluminó el camino para cambios de políticas necesarios para terminar con el sufrimiento de millones”. De acuerdo con estos argumentos, las afirmaciones de los investigadores sobre los tratamientos propuestos pueden reemplazar la revisión por pares, incluso cuando sus afirmaciones carezcan de pruebas confiables de respaldo.

Los defensores de los estándares basados ​​en la evidencia para nuevas terapias, descartan los argumentos libertarios y de libre mercado que pretenden desmantelar estos estándares, pero los últimos puntos de vista son hoy políticamente ascendentes. Una respuesta efectiva sería escuchar lecciones valiosas de los grupos que rechazan esos argumentos a favor de probar verdaderas evidencias. Para obtener un apoyo público más amplio, la comunidad de investigación médica debe escuchar y responder a las inquietudes que llevan a los pacientes a buscar terapias no probadas, incluida la profunda frustración por la falta de tratamientos efectivos, la falta de respeto percibida y la marginación de sus necesidades. Los grupos libertarios han aprovechado esas emociones de manera efectiva.

Para enfrentar estos movimientos, la comunidad podría desarrollar una declaración breve pero que fuese memorable, tal vez algo así como: “Es necesario conseguir que los pacientes y sus médicos reciban la información necesaria para decidir sobre los tratamientos”. También es importante defender, en términos comprensibles para el público, los estándares basados ​​en la evidencia, para nuevos tratamientos. Las historias personales y los casos pueden captar la atención de lectores u oyentes, como lo han demostrado los grupos de defensa de enfermos. La difícil situación de los pacientes que necesitan mejores tratamientos debe estar conectada a la necesidad de información creíble sobre la efectividad y la seguridad de los tratamientos propuestos. Los estándares basados ​​en la evidencia son herramientas para ayudar a los pacientes y sus médicos a decidir si las afirmaciones sobre un tratamiento determinado son compatibles con los datos. Para tomar decisiones informadas, los pacientes necesitan acceso a los protocolos y a los principales resultados de todos los ensayos clínicos pertinentes, incluidos los ensayos que no se publicaron o que no favorecieron la intervención.

Finalmente, aunque los científicos pueden negarse a reducir los problemas complejos a cuestiones breves y simples, un tipo de comunicación muy efectiva ha ayudado a los defensores libertarios y de libre mercado a cambiar las leyes. Dichos grupos se dirigen estratégicamente a grupos interesados que son cruciales, incluidos los legisladores estatales y federales, y trabajan con organizaciones afines. Los partidarios de la medicina basada en la evidencia deberían hacer lo mismo. Al asociarse con grupos orientados a los pacientes, como la Fundación Michael J. Fox, el Instituto Parker para la Inmunoterapia contra el Cáncer y la Alianza Genética, se puede ampliar el apoyo a la evidencia sólida con respecto a posibles nuevos tratamientos. Tales organizaciones, que están acelerando el desarrollo de medicamentos, tienen una credibilidad pública sustancial y no pueden ser criticadas por proteger los intereses creados de los científicos, las instituciones de investigación o las compañías farmacéuticas.

El caso de Halford es un ejemplo de los continuos e interesados ataques a los estándares para ensayos clínicos. En respuesta, los defensores de los estándares basados ​​en la evidencia para nuevas terapias, deben demostrar convincentemente que están abordando las necesidades de los pacientes, de lo contrario, sus opiniones no tendrán eco en el público.

Bernard Lo, M.D., fuente https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMp1804552

Traducción: José Torres
Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente las de la Fundación Greenwall o la Universidad de California en San Francisco.

[1] Comité de Ética de la Investigación (CEI)

[2] Pertenece al NIH : Instituto Nacional de Salud de EEUU.