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Montero pide al Congreso que debata la eutanasia. Noticia de Hoy día Córdoba

La legisladora provincial Liliana Montero presentó ayer un proyecto de declaración (26233L18) para que la Legislatura Unicameral solicite a los diputados y senadores nacionales por Córdoba, que promuevan el debate y propicien el tratamiento de los proyectos existentes sobre la práctica de la eutanasia en el seno del Congreso Nacional.

En el proyecto, Montero recuerda que en la Legislatura de la provincia “se dio el debate sobre el proyecto de Ley de muerte digna o voluntad anticipada”. Dicha iniciativa tuvo modificaciones y, a su criterio, “quedó a medio camino de lo que debería haber sido aprobado”.

Pero “fue un importante y necesario primer paso. Así, la muerte digna (Ley 10.058) adquirió, al menos en el marco normativo, plena vigencia”, consideró la parlamentaria. A su vez, citó el caso de Alfonso Oliva, quien padece de ELA (esclerosis lateral amiotrófica) hace cuatro años y se ha convertido en un referente de los sufrientes que piden que se debata en los órganos legislativos el tema de la eutanasia.

La legisladora estuvo con él, quien “hace cuatro años es preso de su propio cuerpo; hace un año perdió la capacidad de alimentarse y hoy sólo puede mover los ojos, sonreír y hablar mediante un sistema que permite que sus ojos elijan las letras y se reproduzcan en altavoz”. Basada en esa visita, Montero argumentó que “cada uno debe decidir hasta cuándo va a sufrir, nos dijo personalmente Alfonso y estoy convencida de que no somos nadie para discutirle eso”.

Los Futuros de los dilemas en Salud. Noticias . La Voz del Interior

Por estos días, se discute en el Senado la creación de una Agencia Evaluadora de Tecnologías Sanitarias.

Muchas veces, si no siempre, ser periodista es abandonar una cómoda ingenuidad, tan buena para la paz espiritual, para convertirse en un ser escéptico. En algunos ámbitos de cobertura profesional, la natural curiosidad –nuestro principal insumo– debe parecerse un poco más a la desconfianza y la pregunta siempre válida de “¿por qué?” no debería ser satisfecha a la primera respuesta.

Uno de los contextos en los que esto debe suceder es en el de las presentaciones de nuevos remedios.

Años de investigaciones científicas redundan muchas veces en medicamentos disruptivos, que cambian la perspectiva de pacientes y médicos, pero, en otras tantas oportunidades, los resultados son menos espectaculares. Aun los fármacos que implican una mejoría parcial –si no leve– de los pacientes exigen, para amortizar la inversión que requirieron, que se incentive su venta generando interés en la prensa, en los médicos especialistas y en los pacientes, estos últimos cada vez más informados y activos, reunidos en asociaciones que a veces las propias farmacéuticas ayudan a financiar.

Con el loable eslogan “usted merece lo mejor”, los laboratorios promueven el ejercicio de los derechos por parte de los enfermos o sus familiares.

Esos medicamentos son, quizá, primeros resultados de búsquedas más prometedoras, pero para el sostenimiento de las empresas que permiten su producción –y que financian años de rigurosos procedimientos– salen al mercado con precios elevados, imposibles de pagar sin la cobertura de los estados, ya que inclusive las prepagas más rentables no son capaces de costearlos.

Ejemplos de ello son los remedios que extienden por pocos meses (a veces sólo dos) la sobrevida a los pacientes con enfermedades terminales. En esos dos meses –argumentan quienes los ofrecen–, una persona puede organizar sus papeles y hacer un poco más ordenado el final de su vida.

Sin embargo, afrontar el desembolso que implica adquirir esos medicamentos puede poner en riesgo el sistema de salud, que debe seguir haciéndose cargo, por el bien de toda la sociedad, de una cobertura básica para toda la población.

Esos casos, y otros menos fáciles de analizar, como el de terapias génicas que realmente mejoran la calidad de vida de los pacientes crónicos pero a un costo muy superior al de los tratamientos tradicionales, alimentan los cada vez mayores dilemas de las autoridades sanitarias.

Es por ello que, por estos días, se discute en el Senado de la Nación la creación de una Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (Agnet), cuyo rol será asesorar y hacer recomendaciones a los financiadores, incluyendo al Estado nacional y a las provincias, además de obras sociales y prepagas.

Del abordaje legislativo dependerá, también, evitar que los procesos críticos de decisión sean alimento de sectores oportunistas.

Villa Dolores: la niña embarazada de 11 años accedió al aborto lega

La intervención se practicó en la Maternidad Nacional. Transitaba su gestación como consecuencia de una violación.





La Maternidad Nacional de Córdoba garantizó este miércoles el aborto no punible a la niña de 11 años que había quedado embarazada como consecuencia de una violación en Villa Dolores.

Se trata de una de las excepciones contempladas en el Código Penal de la Nación para practicar la interrupción del embarazo.

La nena había asistido al hospital de Villa Dolores con fuertes dolores abdominales y allí los médicos constataron que estaba embarazada. Fue la madre quien solicitó que accediera a un aborto no punible, pedido al que la Justicia dio lugar.

Pero la intervención se pudo concretar en ese nosocomio provincial porque en el ámbito de Córdoba no se garantizan los abortos no punibles a raíz del recurso de amparo que la fundación Portal de Belén interpuso para obstaculizar la práctica hace ya más de seis años obteniendo un fallo a favor en primera y segunda instancia.

Tras ser nuevamente apelada por el Gobierno provincial, que había diseñado un protocolo para aplicar en Córdoba, la causa recayó en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que aún no emitió sentencia.

Por esta razón y como viene ocurriendo en los últimos años, la interrupción voluntaria del embarazo se realizó en la Maternidad Nacional, único ámbito en la provincia que aplica el fallo de la Corte Suprema de Justicia por el caso F.A.L.

Piden que el TSJ se expida
Cabe recordar que la niña había señalado en Cámara Gesell quién era su abusador y el hombre fue detenido e imputado por abuso sexual con acceso carnal agravado por su condición de guardador, ya que si bien no era su padre, la nena quedaba en algunas ocasiones bajo su cuidado.

Preso en su cuerpo, pide abrir el debate por la eutanasia.

Preso en su cuerpo, pide abrir el debate por la eutanasia Es cordobés, tiene 36 años y padece una enfermedad neurodegenerativa progresiva e incurable. 

Hace años que está totalmente paralizado y solo se asoma al mundo y se comunica a través de su computadora.

 Alfonso Oliva tiene 36 años, y en febrero hizo cuatro años desde que le diagnosticaron ELA, esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad neurodegenerativa progresiva por la que se van perdiendo las neuronas motoras y el cerebro pierde la capacidad de iniciar y controlar el movimiento de los músculos. En estos años Alfonso se fue quedando sin las capacidades físicas más básicas y elementales que tiene un ser humano. Su cuerpo está paralizado. Ya no puede mover las piernas, ni las manos, ni el tronco. Sólo conserva, además de una lucidez lacerante, movilidad en la cara: puede ver, pestañear, cerrar los ojos y sonreir. Hablar es otra de las capacidades que se llevó la enfermedad. Desde hace tres años, sólo puede comunicarse a través de una computadora, que mediante un dispositivo especial, al cerrar los ojos, le permite ir eligiendo, una por una, cada letra del alfabeto para formar las palabras y luego las frases que quiere decir, que son verbalizadas por la computadora con una voz similar a la de un GPS. El sistema es laborioso y lento, pero funciona.

 Hace casi un año perdió también la posibilidad de disfrutar de una de las pocas cosas que la ELA le dejaba: la comida. Por la debilidad que va ganando cada uno de sus músculos, ya no pudo seguir comiendo sin broncoaspirarse. Por eso, en octubre pasado aceptó una cirugía para poder ser alimentado por medio de un botón gástrico. No más dulce, ni salado, ni el gusto del café. Depende de los demás para todo. Cuando necesita algo, pide ayuda con los ojos y su notebook hace sonar una campanita. Y una casi imperceptible camarita en un rincón de su habitación, seguramente permite que la persona que lo atiende en forma permanente en su casa pueda monitorear que todo está en orden, sin invadir aún más su privacidad. Su contacto con el mundo depende de sus ojos. Sólo a través de ellos Alfonso puede salir del encierro al que lo condujo su enfermedad. Y tal como anticipa su mirada, profunda y serena, lo que tiene para decir es mucho. Lo que Alfonso quiere, es que se abra el debate por la eutanasia en la Argentina. Para las personas como él, que por una enfermedad sin retorno, no quieren seguir viviendo una vida que ya no consideran digna y no pueden suicidarse porque su cuerpo inmóvil se lo impide…  ( la noticia sigue)

Por Marcela Fernandez

Proponen una ley que busca “humanizar” las terapias intensivas en Córdoba. Noticias “La Nueva Mañana”


Proponen una ley que busca “humanizar” las terapias intensivas en Córdoba

El “proyecto Lina” es impulsado por la comunicadora Verónica Minardi y cuenta con el asesoramiento de Pecas Soriano. Busca mitigar el impacto de internación en las UTIs. Será presentado en la Legislatura provincial en los próximos días.

La comunicadora Verónica Minardi lleva 15 años haciendo su programa “Protagonistas” por Teleocho, donde reflejó distintas historias de vida, motivadoras y de superación personal que permitió inspirar a otros cordobeses.

En esos años, la conductora aprendió el más profundo significado de la palabra “resiliencia”, que en términos psicológicos se refiere a la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido o un accidente y transformarlas en alguna acción superadora.

Es justamente esa experiencia la que le tocó vivir a Verónica. El pasado 26 de julio falleció su madre, por una dolorosa enfermedad. Días previos tuvo que estar internada en terapia intensiva, donde se le despertaron ataques de pánico que hicieron mucho más difícil sobrellevar su padecimiento.

“Mi mamá estuvo todo el tiempo mirando una pared sin saber si era de día o de noche. Ni cuándo podrán venir su familia a verla unos minutos. Aferrándose a ella misma. Con la soledad y el frío de una cama ubicada al lado de personas con las máquinas conectadas a su corazón, dónde un ruido fulminante era testigo de otra muerte tan cerca que el miedo es inevitable”, escribió la periodista recientemente en su muro de Facebook.

En esa resiliencia que aprendió durante su programa, Verónica logró sobrellevar la dura pérdida de su madre con una idea de la cual nacerá “Proyecto Lina”, que lleva el segundo nombre de su madre y su seudónimo en muchas de sus obras literarias.

El mismo tiene por fin mitigar el impacto, poder ayudar en la recuperación de muchas personas o en caso de un desenlace fatal, acompañar al paciente a una muerte digna.

En diálogo con La Nueva Mañana, Minardi relató: “Mi mamá estuvo enferma en estado más grave aproximadamente tres meses, pero estuvo mucho tiempo deambulando de médico en médico hasta que le descubrieron un tumor en el riñón derecho casi al azar.

“Ella permaneció por primera vez internada en terapia intensiva aproximadamente cuatro días. Cuando pudo salir, se lamentó mucho de la experiencia. Allí donde sufrió dos ataques de pánico. Gracias a los médicos, pudo ser trasladada a una sala común por algunos días y luego la trajimos a casa para que pudiera recuperar peso y cobrara fuerzas para poderle extirparle el tumor que tenía encapsulado. Pero en nuestro hogar presentó algunas complicaciones con una trombosis y su cuadro se complicó a nivel renal”, precisó Verónica.

“Cuando estuvo en casa, me habló de la experiencia que había tenido en terapia intensiva y ella, como buena escritora, me decía que quería hacer un libro sobre eso porque veía que no había humanidad en ese lugar. Allí perdió noción de tiempo y espacio, y contaba lo terrible que era el ruido del aparato que alerta que un corazón dejó de latir, porque quien está en la cama de al lado siente que en cualquier momento le puede pasar a él. Ella salió de la terapia siendo otra. Creo que inclusive ese perder la noción del tiempo y espacio que se prolongó por varios días le dificultó su recuperación posterior. Lamentablemente la tuve que internar otra vez, y en una vez que regresó a terapia intensiva, permaneció tres días y falleció”, recordó con dolor la conductora.

Recordando lo que había charlado con su madre, la conductora de “Protagonistas” comenzó a darle forma al “Proyecto Lina”, tomando el nombre artístico de su madre, para una iniciativa cuyo objetivo es que se transforme en ley.

Para tal fin, cuenta con la colaboración de Pecas Soriano, quien fue jefe de día de guardia de terapia del Hospital de Urgencias de Córdoba, y experto en bioética. Pecas no sólo es coautor del libro “Muerte digna, una guía para la adecuación del esfuerzo terapéutico”, sino que varios años atrás había publicado un artículo denominado “Reflexiones sobre el paciente en UTI y el personal de salud”.

“La idea es presentar un proyecto que sea ley. Los puntos que estamos trabajando son que las personas internadas cuenten por ejemplo con un reloj en la pared, para que puedan estar ubicados en tiempo y espacio; acondicionar las salas con macetas con plantas y fuentes con agua; que se permita la visita más frecuente de familiares, o de voluntarios que por 10 minutos todos los días les lean a los pacientes textos o narraciones literarias que sean sanas, positivas e inspiradoras, entre otras cuestiones”, enumeró Verónica.

Además, explicó que el proyecto mencionará la necesidad de que, en sala intensiva, intermedia y en piso, esté expuesta la ley que establece que tanto los pacientes como sus familiares tienen pleno derecho de aceptar o rechazar el tratamiento de terapia intensiva, optar e irse a la casa en un caso terminal, para tener una muerte en el ámbito de su hogar.

“El proyecto ya está listo y la intención es que sea presentado en la Legislatura en los próximos 15 días. Trabajar en esta iniciativa me ayudó a ir recuperándome del dolor por la muerte de mi mamá. Como periodista transmito en mi programa historias de resilientes, de gente que sale adelante. Hoy puedo decir que en estos años me dejaron mucha enseñanza”, reflexionó Verónica.
La experiencia de Pecas SorianoPecas Soriano, experto en bioética y ex jefe de guardia de terapia del Hospital de Urgencias de Córdoba.

No es casual que Minardi haya buscado el apoyo de Pecas Soriano para la elaboración del proyecto y de los fundamentos del mismo, a fin de que sea elevado a la Legislatura provincial para que sea convertido en ley.

El médico, que fue jefe de día de guardia en UTI del Hospital Municipal de Urgencias, y que tiene vasta experiencia en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) viene trabajando en el tema de la humanización del trato al paciente y en el mencionado artículo llamado “Reflexiones sobre el paciente en UTI y el personal de salud”, ya enumeraba algunos de los puntos que incluirá el “Proyecto Lina”.

“Luego de 40 años de trabajar en las terapias intensivas, vi muchas cosas. Un día se me ocurrió sacarme el guardapolvo, los zapatos y desvestirme y ponerme en una cama libre, algo que no era frecuente en la UTI. Esos 15 minutos fueron terribles, porque, aunque sabía que no me iban a ´paletear´ (como suele llamarse el uso del desfibralizador), era la sensación de que te podías morir vos o el de al lado en cualquier momento”, contó Pecas a La Nueva Mañana.

“Es entonces que, cuando te ponés en el lugar del paciente, te das cuenta que perdés totalmente la autonomía, además del conocimiento porque ´desconocés´ qué es lo que te pasa; sentís mucho control externo, te manipulan o te dicen cosas ininteligibles y con lenguaje técnico. Allí, el paciente se encuentra doblemente vulnerado: por un lado, por la enfermedad, y por el otro, en forma muchas veces involuntaria, por el personal de salud”, reflexionó Soriano.

Viendo toda la inhumanidad que se producía en esa sala, es que decidió escribir un artículo, que incluye muchas de las sugerencias que formarán parte del “Proyecto Lina”. Entre ellas, se destacan:
Mitigar la despersonalización que sufre alguien internado. Allí sugiere que en cada cabecera de las camas se coloque en letras grandes el nombre del paciente, junto a una foto de él y su familia. “De esta manera, cuando el médico se acerca a la cama podrá ver una foto de cómo era el paciente antes de ser internado, además de conocer su nombre, y esto cambia la visión del trato, motiva a que el médico intente verlo más allá de cómo luce “intubado”, explicó Pecas.
Incrementar las visitas -que en nosocomios son una vez por día- de acuerdo a cada caso en particular. “Para esto, no vale la excusa de que el paciente se puede contaminar. Hay ciertas medidas de seguridad que deben ser cubiertas, pero hay una falacia. Los gérmenes más complicados no vienen de afuera, sino que están en la misma UTI y los pacientes se contaminan por las infecciones intrahospitalarias”, aseguró.
Una información adecuada es un pilar fundamental para cualquier persona. Para Pecas, es frecuente que la información sobre la salud de su familiar se la brinde el médico en un pasillo. Para revertir esta práctica, sugiere que el profesional que realice esa tarea, tenga conocimientos de bioética y realice un seguimiento horizontal de la evolución de cada paciente. Además, debe ser realizada en una sala con intimidad y la comodidad necesarias para atenuar los momentos difíciles que suceden al recibir noticias no agradables.
Devolver el estado de conciencia: el proyecto sugiere que el paciente que esté lúcido, pueda acceder a ver de TV o escuchar su música preferida. “Las UTIs tendrían que contar además con mayor luminosidad natural, ya que es habitual ver como los pacientes pierden la noción de día-noche, con la consecuente pérdida de noción témporo-espacial”, aseguró el médico.
En ese sentido recordó: “Mi residencia fue en Eldorado, Misiones, en un hospital de alta complejidad, que tenía un ventanal enorme con vidrio fijo que daba a la selva. No es lo mismo para un paciente tener la luz del día y observar árboles, que ver una pared y que te entre la luz por una rendija”, explicó.
Contacto Humano: por último, señaló que es muy importante “un permanente contacto humano, en especial de piel”. También en esto señaló lo relevante que es que al paciente se le hable al oído, se le de ánimo, e ir “un poco más allá de la relación médico-paciente”.
“El proyecto ya está listo, y estoy asesorando a Verónica en base a mi experiencia de 40 años en trabajo de terapia y mi conocimiento como bioeticista. Creo que en esto la bioética es clave”, reflexionó Pecas Soriano.
“En la actualidad, es una materia al final de la carrera, pero es necesario que en las universidades la educación en bioética sea dictada de manera transversal. El médico va a tratar con seres humanos, que tienen valores, y como profesional tiene la obligación moral de no sólo tener un estudio clínico sino además tener un oído ético”, concluyó.


El año en que se habló de salud pública

Científicos, médicos, funcionarios y miembros del equipo de salud se hicieron conocidos por primera vez para una buena parte de la sociedad.

Fueron muchos los temas que cobraron protagonismo gracias al debate sobre la legalización del aborto en la Argentina. Se habló como nunca de la importancia de la prevención del embarazo no deseado, y de las posibles estrategias para evitarlo. Se habló –a veces en forma confusa o errónea, pero se habló– de planificación familiar. Se habló de la gestación y sus implicancias en la infancia y en la adolescencia.

Hay temas de los que no se habló, pero que vale la pena seguir insistiendo para que no se pierdan para siempre de la agenda pública de temas expectables. Por ejemplo, de la importancia de que el embarazo sea planeado, porque es la mejor forma de que la persona gestante –y, en caso de tenerla, también su pareja– esté preparada para la concepción, desde lo físico y emocional.

Quienes dijeron que este proyecto vino a introducir una grieta más en la sociedad sólo vieron la parte vacía de un vaso que está casi lleno. Lleno de aprendizajes y de nuevos términos que llegaron a nuestro vocabulario para quedarse. Lleno, también, de prácticas del siempre intenso entrenamiento en la convivencia de ideas diferentes. Y lleno de experiencias positivas asociadas al ejercicio de la democracia y la libertad de expresión.

Científicos, médicos, funcionarios y miembros del equipo de salud se hicieron conocidos por primera vez para una buena parte de la sociedad. Muchos supieron, por ejemplo, que el Gobierno nacional tiene un ministro de Salud que se llama Adolfo Rubinstein, y que los del Gobierno de la provincia y la ciudad de Córdoba se llaman Francisco Fortuna y Gabriel Acevedo, respectivamente.

Hablamos de transmisión de VIH y del uso del preservativo gracias a un episodio que volvió a instalar el tema –sobre el que reinaba cierto relajamiento en algunos sectores– en los medios masivos en horarios pico y en las redes sociales. Discutimos, también, sobre el uso de métodos anticonceptivos adecuados para cada situación y etapa de la vida.

Hablamos de muertes maternas evitables. Hablamos de la situación sanitaria en otros países y de metas y consensos establecidos por organismos internacionales conformados por expertos de todo el mundo.

Hablamos de disciplinas poco populares en algunos segmentos sociales, como la bioética. Todo, en cinco meses.

No abundan las oportunidades para introducir estos temas en escenarios populares.al

La salud no se reduce a la diferencia con la enfermedad. Se vincula más, en cambio, con la idea de un bienestar integral en el que la espiritualidad y todo aquello que fortalece la faceta emocional de la vida tienen gran importancia.

Es por ello que quienes cultivan ese campo tuvieron un espacio protagónico, pero con el límite obligado que implica respetar las diferentes formas de entender la espiritualidad.

Nunca, como este año, la salud compitió con la economía en nuestros intercambios más o menos apasionados. No es poco.

Alejandra Beresovsky



Dr. Gabriel Acevedo: “los medicos deben dar informacion clara sin juicios de valor.

El proyecto de ley sobre interrupción voluntaria del embarazo que se aprobó en Diputados el 14 de junio contempla la incorporación de las llamadas consejerías: espacios dentro de los centros de salud en los que los profesionales garanticen a las mujeres y personas gestantes información, atención pre y posaborto, escucha, acompañamiento, contención integral y provisión de anticonceptivos, entre otros. Estas consejerías funcionan ya en más de 40 centros de salud, según indicaron profesionales de la Red por el Derecho a Decidir, quienes valoraron que desde la Municipalidad no se obstaculice de ninguna forma su funcionamiento.

Gabriel Acevedo, secretario de Salud municipal, consideró que los médicos y otros profesionales de la salud deben brindar información “clara, completa y sin juicios de valor” a quien plantea su intención de interrumpir la gestación.

–¿Cómo funcionan las consejerías en el ámbito municipal?

–Ante la consulta de una mujer cuyo problema de salud es un embarazo no buscado y que plantea la intención de interrumpirlo, la información brindada por el profesional debe ser clara, completa y sin juicios de valor, para que la decisión final –sea cual fuere, es decir continuar o interrumpir el embarazo– sea tomada por la mujer con los mayores elementos de juicio posible.

Luego, cuando la consulta al profesional es posaborto, las acciones deben orientarse a tratar y prevenir posibles complicaciones, y muy especialmente brindar la información para que se incorpore al Programa de Salud Sexual y Reproductiva, y adopte algún método anticonceptivo efectivo, a fin de evitar futuros embarazos no intencionales.

–Si se piensa en el derecho de los pacientes a recibir información, ¿podrían las consejerías ser una política que alcance a todos los centros de salud?

–El Programa de Salud Sexual y Reproductiva se desarrolla en los 97 centros de salud que dependen del municipio, como un componente central de la política de salud municipal. Este programa contempla principalmente la provisión gratuita de diversos métodos anticonceptivos y espacios de consejería para garantizar el acceso a la información sobre la salud sexual integral desde una perspectiva de derecho.

–¿Han recibido quejas, reclamos o presiones para impedir su funcionamiento?

–Yo no he recibido presiones para impedir el funcionamiento del Programa de Salud Sexual y Reproductiva, informales ni formales.

El sistema sanitario es muy complejo y se ha tornado inmanejable justamente por falta de políticas al respecto. Por Dr. “Pecas” Soriano

El sistema sanitario es muy complejo y se ha tornado inmanejable justamente por falta de políticas al respecto.

Entre otros factores, podemos decir que la salud humana depende de cuatro grandes elementos o determinantes: la biología humana, el medio ambiente (que incluye tanto factores socioeconómicos como físicos, químicos y biológicos), los estilos de vida (decisiones personales que afectan a la salud) y la organización de los servicios sanitarios. Por lo tanto, mal podemos hablar de salud o de justicia sanitaria si no consideramos que un Estado no tendría que estar ausente en políticas inclusivas, como las que apuntan a una buena provisión de agua potable, cloacas y un largo etcétera. Omitir o descuidar eso es un grave error y termina repercutiendo en la salud de la población.
El sistema sanitario es muy complejo y se ha tornado inmanejable justamente por falta de políticas al respecto.

El Hastings Center dijo en un estudio sobre la ética en el análisis de costos/beneficios: “El abordaje tradicional del análisis costos/beneficios excluye consideraciones formales de efecto distributivo, del tipo de la equidad y la justicia. Aunque los economistas discrepan sobre cómo resolver este problema, es probable que las consideraciones sobre la equidad continúen siendo subestimadas en la práctica”.
La pregunta sería: ¿deben actuar los economistas en un sistema de salud? La respuesta es un sí contundente. Pero enseguida viene la segunda pregunta: ¿deben los economistas comandar las políticas de salud? La respuesta es un no. Al hacerlo, se producen graves problemas de inequidad e injusticia.
Si bien es cierto que los recursos en salud no son infinitos, una cosa es racionalizar el gasto (que no es tal, sino una inversión) y otra muy distinta es utilizar sólo un criterio economicista para brindar un derecho humano básico como es el derecho del acceso a la salud, consagrado en múltiples tratados internacionales y en la Constitución Nacional.
Las soluciones a estos dilemas son múltiples y es imposible tratarlas en este breve comentario.

Por Carlos “Pecas” Soriano
* Médico especialista en Bioética

Nuevos tratamientos aumentan los dilemas del sistema de salud

Nuevos tratamientos aumentan los dilemas del sistema de salud

La semana pasada, el doloroso caso de Natalí Maidana, la adolescente de 15 años que tenía fibrosis quística y no sobrevivió a un trasplante pulmonar con donante vivo, reactivó la discusión sobre los límites de la cobertura sanitaria que deben brindar los Estados y los criterios que deben aplicarse a la hora de resolver demandas extraordinarias.

La joven fue intervenida en Brasil debido a que la Argentina tiene poca historia en la clase de intervención que se le realizó –los trasplantes de pulmón con donante vivo fueron autorizados por decreto de Cristina Kirchner en 2012– y tras presentaciones judiciales de la familia para que la obra social provincial Apross financiara el viaje y la atención médica.

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Natalí no sobrevivió a la operación y además de la tristeza, quedó la duda sobre si el criterio costo-efectividad que primó en las respuestas iniciales de Apross fue el más justo.

El de la justicia sanitaria es un tema abordado desde múltiples ópticas, incluyendo la bioética, la economía y la filosofía y promete ofrecer en el mediano plazo todavía más incógnitas, por la aparición de nuevas generaciones de medicamentos y tratamientos, como terapias génicas y medicamentos biotecnológicos, cuyo costo es muy superior a los que los precedieron. Su valor es tan alto, que la industria farmacéutica apunta fundamentalmente a los Estados como financiadores.

Ramiro Guerrero, director del Centro de Estudios en Protección Social y Economía de la Salud (Proesa), de Colombia, resume: “El tema pertenece a la categoría de problemas que técnicamente no tienen solución”. Guerrero señala que esta es una dificultad que se manifiesta de manera clara en especialidades como la oncología.

“Lo primero que hay que hacer es no negar que las restricciones existen. Lo segundo es asumir que toda decisión que se tome será éticamente cuestionable de alguna manera. Ante eso, lo que filósofos como el influyente Norman Daniels proponen es que, si todos los criterios tienen un ‘pero’, lo que hay que habilitar es un procedimiento justo”.

Guerrero precisa, entonces, que la justicia puede surgir no del criterio de la decisión, sino del método empleado para adoptarla. “¿Qué quiere decir que sea ‘justo’? Que los criterios tienen que estar claros, que tiene que haber participación ciudadana y que tiene que haber posibilidad de apelación. Si tienes una condición y el sistema te dice que no se puede financiar, tú tienes que poder apelar esa decisión”, describe.

Mirta Roses Periago, médica argentina y exdirectora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señala en tanto que hay un modelo de agencias evaluadoras (en la Argentina se planea la creación de una) orientadas a analizar la relación costo-efectividad de las nuevas tecnologías en salud. La historia de estos organismos se remonta a décadas atrás. “Pueden contribuir a establecer criterios para un acceso equitativo y justo. Sobre todo, en sistemas de salud fragmentados, como en la Argentina, que tienen muchos y distintos orígenes de financiamiento, como son las obras sociales, las prepagas, las Fuerzas Armadas”, manifestó Roses Periago. “Tenemos muchos distintos sistemas, incluyendo el sector público. Sobre algunos de ellos, el Estado, a través de la Superintendencia de Servicios de Salud, tiene ciertas atribuciones y recomendaciones para los llamados ‘paquetes mínimos obligatorios’”, continuó. Y completó: “Hay instrumentos en el país que podrían armonizarse para lograr que la agencia además de dar recomendaciones en términos de efectividad, costo-efectividad y valor científico de algunas prestaciones e intervenciones ya sea diagnósticas o terapéuticas, hagan que resulten respetadas en el acceso universal”.

La médica destaca que es preciso utilizar todas las herramientas de la ética para lograr un consenso sobre los criterios que se deben aplicar para lograr un acceso justo y equitativo.

Campañas
En muchas oportunidades, la solidaridad de la población también es fuente de financiamiento, pero en esto también Roses Periago subraya la importancia de garantizar la transparencia para evitar que usos pocos claros del dinero recolectado devengan en desilusión y terminen desalentando las contribuciones filantrópicas de la sociedad.

“Se aplican inclusive para tratamientos cuya efectividad no está comprobada y no han podido ser solucionados dentro de una legislación de cobertura”, recuerda. Aclara que este tipo de actuaciones demuestran el sentido de humanidad de la población, pero la mayoría de las veces no ofrecen después la posibilidad de seguimiento del destino de los fondos obtenidos.

La falta de rendición de cuentas –indica– ha generado malos antecedentes en el mundo. “Lamentablemente, después se desacreditan esos mecanismos de recolección de fondos”, dice y aclara que es un problema que se ha presentado a nivel mundial.

La médica asevera que también es clave que se permita el seguimiento de la historia del paciente, porque aportaría a un aprendizaje social.

La atención brindada a la persona ayudada por la sociedad y su evolución es información de interés social, dice.

Desde la perspectiva legal, la abogada de la Federación Argentina de Enfermedades Poco Frecuentes (Fadepof), María Inés Bianco, advierte de que se trata de un tema complejo, con múltiples aristas, donde la presencia de lagunas fomenta la judicialización.

“Por un lado, tenemos el concepto de justicia en el acceso y la faz de bien social del medicamento para aliviar síntomas, curar o mejorar la calidad de vida y, por otro, la justicia en relación con los recursos, porque no es ético no pensar en el costo”, presenta. “El dilema es bioético, entre la justicia del acceso y los recursos existentes”.

“Las personas tienen que poder acceder a los nuevos tratamientos siempre que tengan justificación médica adecuada, que guarden los principios de calidad, eficiencia y hayan sido sometidos a ensayos clínicos en personas, es decir, que no sean experimentales, porque lo experimental no debe ser cobrado”, desarrolla. Por otro lado, insiste, debe pensarse en la faceta de la posibilidad de financiamiento.

“Se necesita una política integral de Estado sobre el uso racional de medicamentos. Actualmente, en la Argentina hay una ley de medicamentos que es sumamente antigua. Hay lagunas sobre la legislación de biotecnológicos y biosimilares. No está establecido bien qué se considera genérico”.

La abogada hace referencia así a los potenciales sustitutos de los medicamentos biotecnológicos, llamados “biosimilares”, semejantes (aunque no iguales) a los primeros que pueden desarrollarse una vez vencidas las patentes de los creadores. “Actualmente, los biosimilares tienen el mismo precio que los biotecnológicos, cuando deberían costar un 40 por ciento menos”, remarcó.

“Hay lagunas jurídicas. La judicialización está provocada por la falta de una política integral de medicamentos”, concluyó.

Guerrero señala que es necesario comenzar a afrontar estos dilemas. “Son discusiones que la sociedad debe poder dar con madurez y sin caer en el sensacionalismo. Y los gobiernos y los sistemas de salud deben hacer esfuerzos por resolver los cuellos de botella”, graficó el economista.

Asimismo, también apuntó a la importancia de las agencias evaluadoras. “Muchos desarrollos farmacológicos se han hecho a partir de líneas bastante tradicionales y sirven, por ejemplo, para extender la sobrevida por pocos meses. Es por eso que las agencias deberán justificar la adopción desde el punto de vista social y de la verdadera efectividad”, cerró.

El futuro es prometedor en materia de salud, pero también abre nuevos escenarios de conflicto.

Por  Alejandra Beresovsky

Crecen casos de embarazadas consumidoras de drogas

“Preocupante”. Así definen los profesionales de la salud el incremento de casos de embarazadasconsumidoras de drogas que llegan a los hospitales. Si bien no hay un seguimiento estadístico en las maternidades ni en los servicios de obstetricia públicos, que permitan cuantificar la situación, los médicos y los asistentes sociales advierten un crecimiento notable en los últimos años.
El servicio de Toxicología del hospital Pediátrico, incluso, lleva su propio registro sobre los niños que atienden con cuadros de intoxicación por drogas: el 46 por ciento es menor de 3 años.

Además, una investigación –realizada en el hospital Misericordia, iniciada en el instituto Ferreyra y con la colaboración de la Maternidad Nacional– muestra que, en un universo de 83 mujeres embarazadas, cuatro consumían sustancias ilegales y solamente otras cuatro mujeres no habían bebido alcohol.

“Hay estadísticas a nivel Sudamérica que muestran que entre el 2 y el 3 por ciento de las embarazadas consume drogas ilícitas. A ese nivel más o menos estamos”, plantea Luis Ahumada, jefe de Neonatología del hospital Misericordia.

Siguiendo esas cifras, estaríamos hablando de unas 1.600 mujeres en la provincia de Córdoba, donde nacen unos 55 mil bebés al año.

Médicos y trabajadores sociales advierten de que el consumo de alcohol, marihuana, cocaína y éxtasis, entre otras drogas, hacen estragos en la salud del feto y las secuelas pueden ser gravísimas. Sin embargo, muchas madres lo ignoran, minimizan las posibles consecuencias o son adictas con dificultades para abandonar las sustancias.

En la Maternidad Nacional, en el Misericordia y en el Pediátrico observan con preocupación este fenómeno que parece no estar en la agenda pública, pero que sí está causando daños irreversibles en la salud de muchos niños.

El Observatorio de Políticas Públicas, Salud y Adicciones de la Fundación ProSalud monitorea desde 2016 el impacto que provoca en los chicos el consumo de sustancias por parte de los adultos.

“El problema se está agravando, pues aún no se aplican medidas integrales en clave de prevención. Debería trabajarse junto con la prevención de la desnutrición, pues ambas dejan secuelas en el sistema nervioso central, lo que genera un impacto en el mediano y largo plazo”, explica Gabriela Richard, directora de ProSalud.

Cada vez más cocaína

“Es un fenómeno que ya lleva varios años. Antes, encontrar madres consumidoras era raro y ahora es más frecuente. Se ve consumo de marihuana, de drogas sintéticas y de cocaína”, explica Claudia Amaro, trabajadora social de la Maternidad Nacional.

El mayor consumo que se observa es de cocaína en mujeres de entre 20 y 30 años. En algunos casos, la pareja consume con la madre y en otros no. En ciertas circunstancias, no sabe que la madre lo hace.

Amaro explica que cada caso es particular y demanda distinto tipo de intervención. En ocasiones, aunque no siempre, la pareja comprende los riesgos para el bebé.

Ahumada indica que existe un subregistro de embarazadas consumidoras, ya que si bien hay casos de adicción evidente o se conoce la situación porque la propia madre lo informa, hay otros que pueden pasar inadvertidos. También hay mamás que suelen confesar la ingesta antes de dar a luz.

Graves secuelas

Después del parto, las trabajadoras sociales realizan un seguimiento de la madre. Entre otras cosas, se indica que no amamante. “El primer período es altamente estresante porque no sabemos qué va a pasar en la casa. Vamos adonde vive, la llamamos por teléfono, vemos que cumpla con los controles”, indica la trabajadora social.

En general, las mujeres consumidoras tienen una rutina desorganizada. “He tenido que decirles: ‘A tal hora tenés que bañar a los chicos; y a tal, preparar el almuerzo’. Cuando está legitimado el uso de drogas es complicado porque cuesta que el otro entienda que su consumo afecta al cuidado del niño. Cuando está naturalizado, no se cuestiona el consumo: está inserto en su comunidad, en su forma de vivir. Es parte del contexto”, puntualiza Amaro.

La trabajadora social explica que en una ocasión atendió a una mujer de la comunidad gitana que consumía sustancias. El marido no lo hacía, pero lo aceptaba. “Tuve que pedir intervención de la Senaf porque era una comunidad muy cerrada y no podía hacer nada. La hija de 15 años cuidaba a la mamá para que no consumiera y, también, al bebé”, grafica.

Si la mamá consume en los primeros 60 días de la gestación, las posibilidades de malformaciones son altas. Pero, posteriormente, también puede haber otros trastornos según el tipo de droga que se consuma. La cocaína, explica Ahumada, puede generar isquemias a nivel cerebral, entre otras cosas.